He asistido estos días a la tercera edición de Enofusion y, parece un tópico, pero ha resultado ser un éxito y, lo que es más importante, un paso adelante hacia su consolidación en su breve vida. Para los tiempos que corren no es poco.
Al contrario de las ediciones anteriores, en que había separación física ante ambos eventos, este año cambió de ubicación, pasando a celebrarse en un pabellón de IFEMA compartido con Madrid Fusión. Esto ha creado, en palabras de Otilia Romero de Condés, una serie de sinergias entre ambas citasque era absurdo celebrar separadas. En mi opinión, sólo una pega se ha perdido algo de la “intimidad” necesaria para que el ambiente en el “Enobar” y en las catas comentadas sea el óptimo. Pero este peaje seguro que se soluciona en el futuro, es cuestión de medios técnicos.
Uso la palabreja esta de “evento”, que no me gusta nada, de manera consciente: Enofusión y Madrid Fusión NO SON UNA FERIA al uso, creo que eso está claro, tampoco son, en sentido estricto, un congreso y se corre el riesgo de perder identidad. En algún medio de comunicación se ha criticado la cantidad de “correpasillos”, “devoralotodo” y “arramplo-con-todo-lo-que-sea-gratis-aunque-no-se-qué-c…-es” que hubo, sobre todo el miércoles, a pesar de lo restringido de las acreditaciones.
Pero lo más importante, para mí, ha sido el ver integrados vino y gastronomía; no se entiende una cosa sin la otra y, en esa dirección, se ha dado un gran paso adelante. Ha resultado mucho más fácil que los visitantes, atraídos por el reclamo de los gurús de la cocina, tengan accesible, pero diferenciado, un espacio con una gran representación de vinos españoles.
Este año las catas a las que he asistido han sido impresionantes por rigor, variedad y, por supuesto, calidad de los vinos. Desde la expectación despertada por la presentación de los Macan 2009, primeros vinos de la nueva andadura de Benjamin de Rothschild y Vega-Sicilia en Rioja, la gran sorpresa de los vinos procedentes de antiguas variedades catalanas recuperadas por Torres o, más técnica, la de diferenciación de cierres de botellas de Nomacorc, todas las catas han reunido calidad y originalidad. Una mención especial para Juan Carlos López de la Calle que con sus vinos de parcela, y su pasión, nos dio un paseo por las Rioja Alavesa pleno de emoción.
Lo dicho: Enofusión 2013 ha terminado ya queda menos para Enofusión 2014.