En estos tiempos que corren el ajuste de costes es una necesidad para sobrevivir. Independientemente del canal de venta, del posicionamiento en el mercado o del lugar dónde se venda, el precio se mira más que nunca. Obviamente, si la marca es, fuerte el precio final, el que paga el consumidor, no bajará y es lógico pues “desposicionaría” el vino; pero el esfuerzo en comunicación, marketing, viajes, en definitiva: el coste de la venta se dispara reduciendo parte del margen. También el distribuidor, la tienda o el supermercado piden algo de “cariño” para ayudar a la venta, otra parte de margen que se evapora. Al final la rentabilidad cae y de algún sitio hay que sacar.
Uno de esoso sitios de dónde sacra es la inversión y la factura en energía. Hay un par de alternativas una para vendimias y otra para todo el año. La primera es enfriamiento de uva en continuo por expansión de CO2 y la otra la geotermia.
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