El mercado Británico es, posiblemente, el objetivo deseado por bodegas de todo el mundo y todo tamaño. Por dos motivos:
El vino ha sustituido a la cerveza como bebida preferida por los adultos británicos, como muestra este artículo a pesar de los altos impuestos, casi un 60%, y a pesar de que el consumo total de bebidas alcohólicas baja. Y esto se da en todas las regiones, en casi todos los grupos de edad y clases sociales. Por tanto, es un mercado no elitista donde pueden entrar vinos de todas las categorías.
Es un mercado dinámico, que apenas produce vino por lo que no está afectado por el chauvinismo que afecta a los grandes productores europeos o del nuevo mundo. En Reino Unido conviven vinos comprados a granel y embotellados en destino con etiqueta privada por las grandes cadenas y mercados más elitistas y sofisticados que marcan tendencia. Como muestran estos artículos, hay grandes expertos en marketing que conocen, analizan y diseccionan mercados y tendencias. Y esto ejerce una gran influencia sobre el resto de mercados del centro y norte de Europa, y no se olvide que estamos hablando de la región del mundo donde la clase media posee el mayor poder adquisitivo del mundo.
Sólo una amenaza se cierne sobre este dinámico mercado, el Brexit, y todas las incertidumbres que acarrea. Aunque todavía no hay nada seguro, la libra ha bajado por lo que los precios han subido y eso es malo. Como escribe Mike Veseth de este proceso no habrá nadie en el sector del vino que gane, todos seremos perdedores.
Ante este panorama sólo cabe ajustar costes y adecuar los vinos al mercado británico y, sobretodo, abrirse a mercados alternativos emergentes por muy exóticos y lejanos que parezcan. Así que habrá que ponerse a profundizar en los gustos de esos mercados y “The Art of Blending Wine” es una oportunidad para ello.